Voy a la segunda sesión de Isla de Pascua, Toromiro u Hotu Matua. Estoy feliz con mi nueva serie. ¿Será la definitiva?
Esto de pintar en series lo aprendí en la Escuela de Bellas Artes y es muy útil. Se desarrolla una idea, se profundizan conceptos, giramos en torno a un centro, una obsesión... Al principio resultaba difícil. Ciertamente no es fácil conservar una línea; la creatividad del artista es como un caballo desbocado, difícil de frenar. Esto exige autodisciplina, mas cuando se aprende, ganamos una obra más consistente. Un cuadro se apoya en otro y el conjunto serial forma una gran idea. Son como pequeños espejos de un gran mosaico.
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