Interminables peldaños hacia tu cielo asciendo
en busca del paraíso perdido de tus piernas
Voy a beber del manantial
a empedrar las calles con tus besos
para sentirme marinero y rezar en esa catedral de los
pobres a unos pasos de la Echaurren
Interminables peldaños me llevarán una vez más
a tus brazos
donde esconderé cansancios y pesares
las nostalgias de otros puertos
de otros océanos
cuando ayer en Hong Kong
dejé a la de los horizontes oblicuos
con una risa incorregible
y un idioma que era sólo caricias íntimas
Interminables peldaños hacia el cielo de la pobreza
donde escribiré en código braille algún mensaje
que sólo tú y yo entenderemos porque estamos ciegos
al puerto y sus luces
a los letreros de neón y a los barcos que
deambulan por otros mares